El Lenguaje de Género en la Comunicación
El pasado 27 de mayo se presentó en la casa del libro de Valladolid “La comunicación en clave de lenguaje de género” un libro estructurado en 8 capítulos:
- El papel de la docencia en comunicación ante la igualdad
- De la excepción a la normalidad o como la información contribuye (o no) a la igualdad de género
- Donde nace la violencia: desigualdad cotidiana en los medios de comunicación
- FEMEN: ciberfeminismo, democracia radical y la política del cuerpo
- La percepción de la igualdad de género en el aula
- La feminización de la profesión periodística en las aulas
- Revistas femeninas de alta gama. Un escenario intrincado para la feminización de la comunicación política
- Moda, comunicación e identidad de género
La presentación conducida por la periodista y escritora Mara Torres, y las opiniones de las coordinadoras del libro Virginia Martín Jiménez y Dunia Etura en la que se expusieron situaciones tan interesantes como el hecho de que el deporte de élite en España es paritario, el 40% de las deportistas de élite son mujeres, pero apenas se habla de deporte femenino en los medios, la necesidad de cambiar el foco en las noticias sobre violencia de género, la importancia de dejar de poner el foco de las noticias en “la primera mujer que…” o los “post-machismos” un concepto que supongo comenzará a sonar cada vez más.
Sin embargo, cuando en cualquier ámbito debería darse importancia al fondo y no a las formas, precisamente donde nos “encasquillamos” son en esas formas, en la norma del “neutro” en el “masculino plural”, esa norma que desconozco cuándo se generó, pero si la RAE ahora está compuesta sólo por 7 mujeres de 46 componentes, quizá cuando se discutió esa norma no había ninguna, o ni siquiera hubo que discutirla… el lenguaje es así, hay cosas que son incuestionables, incontestables…
Si, amigos y amigas, los guardianes de la palabra son hombres, por eso a nadie le sorprende que las profesiones se masculinicen cuando se incorporan los hombres a las profesiones en femenino: azafatas – auxiliares de vuelo, enfermeras – ATS y posteriormente DUE, la modista – el modisto, dado que ellos no pueden nombrarse en femenino, pero se hunde el mundo si feminizamos las profesiones.
Mi experiencia como consultora de igualdad es que precisamente esto es lo más costoso para las empresas, porque lo es para las personas, la RAE consigue cortocircuitar nuestros cerebros, y aquellas personas que adoptan, en contra del criterio de la RAE anglicismos en las empresas porque suena más «cool», les resulta cuanto menos complicado cuando sugieres que haya lenguaje de género.
Pues me revelo, la RAE sólo cambia cuando se le obliga a hacerlo, sólo incorpora aquellos vocablos que la sociedad le impone con una mayoría aplastante, la sociedad sólo cambia cuando se le obliga a hacerlo, cambiemos las palabras y quizá, sólo quizá consigamos cambiar la RAE